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La paz total pasó a ser la del miedo total. Esto no puede convertirse en un proceso de legalización de fortunas ilegales.

Boletín de prensa N.08. 1 de junio de 2023.

La paz total pasó a ser la del miedo total. Esto no puede convertirse en un proceso
de legalización de fortunas ilegales.

El presidente Petro y el comisionado de paz Danilo Rueda le están debiendo a Antioquia
claridades frente a las negociaciones con grupos ilegales asentados en Medellín y el Valle
de Aburra. Eugenio Prieto.

Con motivo de la instalación de una mesa de negociación con los grupos ilegales asentados
en Medellín y el Valle de Aburrá, citada por el Gobierno nacional para este viernes 2 de
junio en la cárcel de Itagüí, el precandidato a la Gobernación de Antioquia Eugenio Prieto
envío una carta al presidente Petro y al comisionado de paz Danilo Rueda solicitando
claridades frente al proceso de paz total con estos grupos, y garantías en el proceso de
sometimiento, con verdad, justicia, reparación y no repetición.


En la misiva expone el precandidato: “Ante este anuncio, surgen muchas preocupaciones
por la falta de información clara que hay alrededor del mismo. Los colombianos no podemos
asistir pasivos y silenciosos a una gran operación de lavado de activos, ni a una legalización
a gran escala de fortunas de grupos insurgentes o de grupos criminales sin que exista un
exigente proceso de sometimiento, con verdad, justicia, reparación y garantías de no
repetición.


Esta historia ya la hemos vivido. Algunos integrantes de estas estructuras ilegales ya han
participado en otros procesos donde han sido expertos en hacerle “conejo” y “trampas” a la
ley: dialogan y alargan el proceso, mientras se fortalecen y continúan delinquiendo; o si se
someten, no entregan nada a cambio, o muy pocas cosas.


Si ellos no están dispuestos verdaderamente a colaborar con la justicia, entregar sus rentas
ilegales, armas, rutas, desmantelar sus estructuras y dejar el control territorial que han
tenido por décadas, lo único en lo que terminaremos es en un gobierno que por ingenuidad
(o complicidad), termine empoderándolos aún más.


Frente a la incertidumbre sobre el proceso, el precandidato pidió claridad en temas como
tan fundamentales como conocer ¿Qué es, qué significa, cuál es el alcance de la paz total?
¿Qué mecanismos claros permitirán negociar, con grupos insurgentes de origen político y
el sometimiento con grupos delincuenciales vinculados al narcotráfico? Quién realizará las
negociaciones simultáneas con los grupos insurgentes y con los delincuenciales vinculados
al narcotráfico, ¿el Gobierno o tendrá acompañamiento de la justicia?


¿Cuál es la dimensión territorial de la paz total, en Colombia y territorialmente, cuántos
grupos de delincuencia común vinculados al narcotráfico, y cuántos grupos insurgentes
participarán de dichas negociaciones, y a cuántos integrantes representan dichas
estructuras ilegales?


¿Al amparo de la justicia, se priorizará un proceso seguro de desvinculación inmediata de
niños, niñas y adolescentes de organizaciones criminales y estructuras delincuenciales
barriales?


¿Cuáles serán las garantías para las víctimas y para el país de verdad, justicia, reparación
y no repetición?


¿Está claro qué están dispuestas a entregar estas estructuras ilegales a cambio de qué
beneficios políticos, legales o económicos?


¿Cómo se garantizará que los hombres y mujeres que hacen parte de estas estructuras
bajo el mando de los negociadores no continúen delinquiendo?


¿Durante el proceso de negociaciones cómo garantizará el Gobierno la autoridad y la
seguridad en los territorios?


Finalmente afirmó Eugenio en la carta que esta solicitud la hace como un ciudadano
creyente de la paz integral, el fortalecimiento de la institucionalidad y la autoridad en los
territorios, y como un convencido de los valores democráticos, el estado social de derecho
y el respaldo a la Policía y a las Fuerzas Militares.


Finalmente, Eugenio afirmó que él ha venido insistiendo en que la seguridad del
departamento se viene deteriorando, la paz total pasó a ser la del miedo total. Durante los
últimos meses hemos visto como la violencia, el terror y la inseguridad han venido creciendo
de manera alarmante en algunos de nuestros territorios. Mientras la gente y sus familias
tienen miedo, la apuesta del gobierno ha sido lenta y confusa. “El país debe retomar el
rumbo, Medellín y Antioquia merece vivir sin miedo”
. Concluyó

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